La primera cosa que afecta de la expresión "pornografía de la comida", o food pornography, es su fuerza, su impacto, que resulta visceralmente perturbador. Con este adjetivo se entiende una sensación particular placeable a mitad entre algo que nos perturba y que contemporáneamente nos atrae.
Para la mayoría de las personas, es natural asociar a la comida una serie de ideas y emociones - calor, de compartir placer - que se apartan mucho de las enlazables con la pornografía, que al contrario, alude a una forma de placer sexual mas bien anónima, mecánica y superficial.
Entonces porqué ha nacido el termino food-pornography y que indica?
El termino ha aparecido por primera vez en el 1984 en el libro Female Desire: Women's Sexuality today, de la escritora Rosaling Coward, la cual marcaba como la presentación del plato, osea la estética de la comida, estaba adquiriendo más importancia de la persona que la había cocinado. A pesar del intento sociológico y feminista que guiaba la Coward, actualmente este termino ha sido retomado, quizás en toso un poco alarmistas, para indicar una espectacularización siempre mayor, en todo lo que concierne la alimentación y la comida: se ha convertido en una especie de puesta en escena por documentar y luego mostrar.
El hecho de que, en nuestra sociedad contemporánea, lo que comemos sea cada vez más frecuentemente asociado a un valor estético y de exhibiciones, es testimoniado también por algunos fenómenos mediáticos o artísticos: A titulo ejemplificativo piensase en el blog Pictures of Hipsters taking Pictures of Food, que, con una cierta ironía, muestra fotos de personas que señalan su plato, o al proyecto Pantone Pairings del graphic designer David Schwen, que reproduce los famosos muestras de color Pantone a través de combinaciones de alimentos.
Esta nueva atención al valor estético de la comida es algo que todos nosotros conocemos y que, de por sí misma, no es alarmante, sino simple señal de un quizás más general cambio en las sociedades contemporáneas, son a la búsqueda de nuevos modos para unir significados tradicionales a nuevas formas de valores y expresividad.
Más bien, quizás, lo que debería hacer reflexionar críticamente y que merece plenamente la definición de pornografía de la comida, es la degeneración de esta puesta en escena, que aleja el objeto-comida de cualquier valor estético y afectivo, para desembocar en un extremismo fin en sí mismo: piénsese, por ejemplo, los fenómenos mediáticos como la serie web tv EpicMeal, que muestra enormes construcciones de comida - cuando digo enormes quiero decir el jardín de una vivienda compuesto enteramente de varios trozos de carne - que con toda probabilidad nadie coma, pero que tienen, precisamente, el objetivo exclusivo de llevar al extremo el concepto de exhibiciones estética, haciéndolo así exhibicionista. En esta variante, pues, el mostrar comida se convierte realmente algo obsceno y, en este sentido, tiene una valencia pornográfica: prevé, efectivamente, al igual que la pornografía entesa clásicamente, una exhibición de piezas de objetos tensa a una estimulación desenganchada de cualquier dimensión de sentido afectivo e interactivo.
Las visiones alarmistas podrían objetar que la frontera entre exhibiciones y exhibicionismo, así como entre estético y superficial, es muy lábil. Por supuesto, cada frontera es tal, por definición, especialmente cuando la cuestión tiene que ver con dinámicas psicológicas y emocionales y no con reglas matemáticas: sigue siendo el hecho de que un parámetro quizás útil para aclarar este labilidad puede ser el del valor afectivo, de compartir y de estima por la belleza, que atribuimos a la comida que estamos admirando (pre-saboreando, fotografiando, postando…)
Credits Pornburger